
Atracadores y asesinos han comprobado que las motocicletas constituyen un buen aliado para sus fechorías. La mayor parte de los asaltos o atentados que ocurren en la capital, a cualquier hora del día, se cometen desde estos vehículos por la facilidad para maniobrar y eludir cualquier persecución de las autoridades. Ya es tiempo de que esa modalidad sea fuertemente enfrentada y neutralizada, y eso le toca a la Policía Nacional. En Colombia, ningún motociclista, ningún ciclista puede andar en las calles si no lleva puesto un chaleco en cuya parte posterior se visualiza el número de la placa que corresponde al vehículo. Si va otro con él, también tiene que ponerse un chaleco igual. Esto permite que los ciudadanos o algunos testigos puedan identificarlos en caso de que cometan alguna infracción o delito grave. Aquí prohibimos una vez que dos personas se montaran en un solo motor, pero el “motoconchismo” nulificó la medida. Desde entonces, la mayor parte de los accidentes de tránsito se producen con estos motores. Pero ante la sorprendente frecuencia con que se perpetran atentados y asaltos desde motocicletas, se impone que las autoridades discutan y decidan algún procedimiento preventivo o más eficaz para controlar o ponerle fin a estos desmanes. |
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